jueves, 29 de septiembre de 2011

Que si, que te echo de menos.

Es increíble la facilidad con que consigues poseerme, hacerme tuya.
Es increíble la facilidad con que me pierdo en tus labios cuando me besas, y en tus ojos cuando me hablas.. y en mil fantasías cuando me miras.
Es increíble cómo me haces perder la cabeza con solo resbalar tus dedos por mi espalda. Y rodear mi cintura.
Es increíble la facilidad con que consigues todo de mí con una sola caricia o con un leve movimiento de tu lengua en mi piel. O cuando te pregunto si estoy muy mal vestida y tú, con la mejor de tus sonrisas, contestas:

"Estarías mejor sin nada pero tranquila, ya me encargo yo de arrancarte la ropa a mordiscos"


miércoles, 28 de septiembre de 2011

Y siempre.

-Conéctate, conéctate, conéctate...
Él se ha conectado. Abres su ventana de conversación, sonríes al ver su foto de perfil en pequeñito al lado de la barra de tareas. La abres, y la minimizas. No la quitas del todo, la dejas ahí, a la espera de ver ese circulo verde con un 1 en medio, señal de que esa persona te ha hablado. Esperas. Cambias tu estado, tu tablón lo actualizas cada 2 minutos, te etiquetas en 5 fotos, te unes a 10 páginas y empiezas a ponerle comentarios a todos sin razón, simplemente para que, cuando él le de a actualizar, te vea, vea que estás conectada. Tus visitas suben como la espuma, está claro que estás la primera. Continúas con estos cambios, abandonando a los demás que sí que tienen tiempo para hablarte. Cierras su ventana, indignada. Pero bajas la lista del chat hasta su nombre, observando si sigue ahí. Hasta que no puedes más y la vuelves a abrir, a la espera de si eso consigue algo. Nada. Los demás siguen hablando, impacientes. No respondes, no tienes ganas. Sólo lo esperas a él.
Son la 1 de la mañana, estás cansada, mañana madrugas, pero no te vas, porque él sigue conectado, y aún tienes la triste esperanza de que te hable. Entonces se te ocurre la estúpida idea de que quizás se lo ha dejado encendido y en realidad no está. Esa idea te acompaña el cuarto de hora siguiente, con 4 estados, 15 tablones, 30 páginas y 25 comentarios nuevos. Esa idea es lo único que te mantiene despierta.
Le das a actualizar la página, él aparece el primero. Ha cambiado el estado. Le ha comentado una niñata. Él ha respondido. Está. está, hablando con otra. Entonces cambias radicalmente de pensamiento.
-Desconéctate, desconéctate, desconéctate... si no vas a hablar conmigo, tampoco con ella.

Y deseas con todas tus fuerzas que se vaya, para que paren de hablar. Y cierras su ventana con lágrimas en los ojos, pero sigue la lista bajada en su nombre. El número de conectados baja. Miras. Se ha ido. Se ha ido él. Y de repente, te arrepientes

lunes, 26 de septiembre de 2011

AH.

¿Quién es el que nos enseña a perdonar? Perdonar pero de verdad, no vale un perdón de esos que se dicen pero que no se sienten. Yo creo que es nuestra propia experiencia. Pero aun así nos seguimos equivocando y de echo lo seguiremos haciendo...
Cuando perdonas a alguien ¿cómo sabes que no volverá a hacerte el mismo daño? Eso es lo peor, pero es la magia del perdón en que a pesar de todo el daño que te haya podido hacer quieras a esa persona por encima de todo, que se pare el tiempo de repente y eso haga que el corazón se te acelere, que te tiemblen las piernas y que no sepas decir ni una palabra. Pero le perdonas, porque a pesar de todo esa persona te quiere y tú le quieres.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Que hoy los límites los pongo yo.

Que al fin y al cabo, todo es efímero.
No me hables de más imposibles. Eres tú el que me los pinta. No quiero ni oírte, sé que esto acabará antes de que nos demos cuenta.
Sé que puedo, y que puedes. No existen límites para ninguno de los dos. Parece que sigas pensando que la tierra es cuadrada. Y caes, y no vuelves...
No quiero muros, no quiero metas. Sólo quiero soñar. Despierta, dormida, en tus brazos, o en los de otro. Estoy harta de escuchar "no puedo" de tu boca. Incluso de la mía.
Pero cierto es que siempre llega alguien que te hace cambiar de idea. Que el precio de la felicidad tarde o temprano se acaba pagando, que es corta. Subimos y bajamos, como si de una montaña rusa cayeramos. Pero hoy he vuelto a salir a flote.
Pondré de nuevo todo lo malo, y lo bueno, en aquella balanza que tantas veces cayó por su propio peso. La diferencia es que hoy todo parece apuntar a aquello que llaman felicidad.
Sí, todo cambia. Y todo llega. Que razón tenías...
Y que no tiene por qué irse...
Hagamos de lo efímero algo duradero...




V.

No sé como coño una persona que llega sin avisar te puede cambiar la vida cuando estás pasando por uno de los peores momentos que tendrás. 
Gracias por ser así, gracias por aparecer.



domingo, 4 de septiembre de 2011

Ho voglia di te, mon amour.

Todo empezó hace más de 201 días. Coincidencia, una historia, algo que compartir... ¿Cómo se puede llamar a algo que tal como viene se va?, que pasa por la vida como un torbellino, precioso, y a la vez destructivo. Algo que te dejará huella para siempre. Es difícil de describir, pero algo de tales características solo tiene un nombre: amor. Amor con mayúsculas. Amor, lo más peligroso del mundo, y a la vez, de mayor destructividad. Te deja exhausto, pero siempre quieres más. A veces dura años. Se trata de una droga, algo que crea adicción. Amor, nuestro mayor tesoro, y la peor guerra. Te mata, te envenena, pero lo necesito, y esa necesidad aumenta, conforme lo consigo.
Esto es a lo que me ha enseñado esta persona. El amor más hermoso es un cálculo equivocado, una excepción que confirma la regla, aquello para lo que siempre habías utilizado la palabra "nunca". Qué tengo que ver yo con tu pasado, yo soy un variable enloquecido de tu vida. Pero no voy a convencerte de ello. El amor no es sabiduría, es locura. Es mucho más que el primer single de Los Beatles, un solo de Jimmy Hendrix, es más que ciencia. Que las Leyes de Newton y el principio de Arquímedes.




A todos los que aman,

han amado, y amarán. A los barcos que navegan y a los puertos de escala, a mi familia, a todos mis amigos y los desconocidos: esto es un mensaje y un ruego. El mensaje es que mis viajes me han enseñado una gran verdad: yo he tenido ya lo que todos buscan y sólo unos pocos encuentran, la única persona de este mundo que estaba destinada a amar para siempre. Una persona rica de sencillos tesoros, que se hizo a sí misma y que aprendió por su cuenta. Un puerto en el que me siento en casa para siempre y que ningún viento o dificultad lograrán destruir jamás. El ruego es que todo el mundo pueda conocer esa clase de amor y que éste los sane. Si mi ruego es escuchado se desvanecerán para siempre todos los lamentos y las culpas, y se acabarán todos los rencores...



Felicidad.


Volverás.
¿Donde estas? Te colaste entre la multitud y te adentraste en sus cuerpos e incluso les llegaste a lo más hondo, pero a mi nada de eso. Me dejaste simplemente huérfana, te echo de menos ¿sabes?, y en estos momentos es cuando más te necesito porque sé que eres algo vital, pero un día decidiste irte y no volver, podia aguantar algunas horas e incluso días, pero ya no puedo más, la tristeza me invade. Vuelve.

ℒℴνℯ.

Búscame cuando te apetezca, cuando notes que me echas de menos, cuando te mueras de ganas de tenerme y de verme sonreir. Búscame cuando no tengas a nadie que te diga que te quiere. Búscame cuando eches en falta las risas, las caricias que erizan la piel, las conversaciones sin rumbo, los abrazos en los malos momentos, las locuras y las miradas de complicidad. Búscame cuando necesites alguien que te sorprenda, cuando te des cuenta que nadie tiene esos detalles. Búscame cuando necesites que te digan lo especial que eres, lo bonita que es tu sonrisa, lo increibles que son tus ojos y lo guapo que estas cuando te levantas. Búscame cuando mires el móvil esperando una llamada que ya no llega, búscame cuando necesites cerillas para encender lo que se ha apagado, cuando las discusiones sean aburridas y los días rutinarios. Búscame cuando las canciones carezcan de significado. Búscame cuando recuerdes los buenos momentos a mi lado y te arrepientas de no tenerlos ahora. Búscame cuando tú ego necesite desesperadamente cariño pero, sobre todo, búscame cuando el cariño 
lo necesites tú.