martes, 6 de diciembre de 2011

I love so much

Aquel beso quedo en mi memoria cual chicle en la suela del zapato. Recuerdo el hormigueo en mis manos, como mis piernas se movían involuntariamente en vaivén, y mis labios se frotaban entre sí. Ahora me parece gracioso, pero en ese entonces estaba muerta de los nervios y en mi estomago se mezclaba un coctel de intriga, miedo y cosillas que no sabría explicar. Recuerdo la forma en la que reaccionaria él y como se lo contaría a los demás, eran típicos planteos de una niñita miedosa de la vida a la que estaban a punto de arrebatarle el único escudo que le quedaba. Entre esos recuerdos se fueron mis miedos y mis típicos planteos rosas, mis cartas de amor y mis lágrimas. Pero es entonces cuando recuerdo quienes somos, quienes fuimos y quienes vamos a ser, y aunque mis reproches no lo admitan aun me sigue punzando la herida de tu adiós. “Siempre supe que tengo un mundo de oportunidades para ti”

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